La lucha que aparece en la Sedra entre Jacob y el extraño que lo visita en mitad de la noche ha sido explicada de varias maneras. Sin embargo, ya sea una visión profética o una realidad literal, el incidente es claramente tan significativo como desconcertante. Del texto se desprende claramente que el visitante no es un hombre común y corriente, pues en él Jacob "ha visto a Dios cara a cara", pero entonces ¿quién es él?
Según los sabios, él es el "Príncipe de Esaú", que representa el genio nacional de Esaú. Es una personificación de la esencia espiritual que anima a Esaú y, por lo tanto, necesita ser derrotado por Jacob. Ilustrativo del principio "las obras de los patriarcas son una señal para sus descendientes", el incidente se ha vuelto simbólico a lo largo de los siglos. La noche durante la cual tiene lugar la lucha, cuando Jacob debate repetidamente si rendirse o resistir, ha llegado a simbolizar el exilio en el que se han encontrado los judíos de cada generación. Las naciones del mundo han luchado constantemente con Israel para desviarlos del camino de Dios, en ocasiones casi destruyendo nuestra nación. Sin embargo, como en la lucha de Jacob, los judíos siempre han triunfado.
Sin embargo, Jacob pagó un alto precio por la victoria; se desarticula el muslo y sale cojeando. Así también los judíos. A lo largo de los siglos, hemos perdido a muchos de nosotros por asimilación y persecución, y otros por el martirio en la santificación del nombre de Dios. A pesar de esto, nos hemos mantenido erguidos al igual que Jacob, él fue deformado pero no reformado, y herido física, aunque no espiritualmente.
Pero Jacob hizo más que sobrevivir. Con el amanecer, llegó el fin de la lucha, y Jacob se convirtió en una persona más grande y se benefició de la bendición de su adversario. Para los judíos es vital recordar esto, ya que señala una eventual salvación. Por muy difíciles que nos resulten las cosas, podemos crecer a partir de nuestras experiencias, con la seguridad de saber que siempre habrá un descanso del día después de la larga y oscura noche.