La sedra de Terumá trata de las instrucciones de Di-s para la construcción del Mishkán – el Tabernáculo. Al principio parece difícil extraer mucho significado de lo que parece ser una guía muy compleja de la construcción del Mishkán, que está detallada hasta el último codo. Sin embargo, si miras más de cerca y miras más allá de las complejidades, aquí hay un gran mensaje que se refiere a la unidad del pueblo judío.

La Menorá es un indicador simbólico de este tema. En Terumá, Di-s explica que toda la Menorá estará hecha de una sola pieza de oro, un trabajo labrado. Este candelabro posee un sentido de unidad y es, en esencia, una definición de esa palabra tan importante: pluralismo. Simboliza la necesidad de que cada judío arroje sus talentos al fuego común, porque Dios los moldeará, al igual que la Menorá, en un judaísmo unido. La única garantía para la supervivencia judía es la unidad judía: si todos se critican unos a otros, vamos en la dirección equivocada. Pero si todos nos aceptamos unos a otros, entonces estos talentos se mezclarán en el crisol.

El judaísmo, como la Menorá, es el producto del aporte de cada judío. Las siete ramas de esa Menorá pueden verse como diferentes enfoques del judaísmo; la luz que emerge de todas las ramas viaja en la misma dirección, pero proviene de muchos ángulos diferentes. De manera similar, por muy alejadas que puedan parecer esas ramas al final, todas provienen de la misma base.

Esta lección de aceptación se encuentra nuevamente en Terumá. Di-s le dice a Moshé que le diga a Israel..."que me tomen como ofrenda". En otras palabras, ningún regalo se da directamente a Di-s; ​​en cambio, la contribución de cada individuo se da a la comunidad, quien luego la entrega para el propósito divino de Di-s. Por lo tanto, no es el individuo sino la comunidad en su conjunto la que debe cumplir el mandamiento de Di-s de construir un santuario para Él. Es la comunidad trabajando como una unidad fuerte la que cumple la Mitzvá. Sólo haciendo esto como nación de Israel podremos cumplir los deseos de Di-s.

Parece que muchos de nuestros rabinos y líderes comunitarios podrían aprender algunas lecciones de Terumá. Sólo uniéndonos, amando y respetando a TODOS los judíos, cualquiera que sea la dirección que elijan tomar, podremos cumplir la voluntad de Dios y acercarlo un poco más a nosotros. ¿Dónde está nuestra unidad hoy? Sin eso no hay fe real.