La Amidá es una oración que contiene 18 bendiciones. Hoy en día, sin embargo, tiene 19 bendiciones, ya que durante la época del Templo se añadió un párrafo para maldecir a quienes delataban a los judíos. Esos informantes no podrían recitar el párrafo por motivos de moralidad y serían considerados informantes.
La Amidá se cambia con motivo de una Luna Nueva o un festival, cada evento con su propio pequeño cambio. La Amidá siempre se recita de pie y se pueden cantar partes de ella (aunque no en voz alta a menos que haya un minián (tradicionalmente los diez hombres necesarios para orar)).
Citas de los maestros jasídicos sobre la Amidá:
¿Por qué se nos dice que recitemos el verso "Oh Señor, abre mis labios y deja que mi boca declare Tu alabanza" antes de nuestra oración más sagrada?
Como las orillas de un río, los labios forman los límites exteriores del habla humana.
Oramos para que Dios nos libere de esos límites, para que nuestras bocas puedan declarar Su alabanza infinita.
Cuando una persona comienza a orar, recitando las palabras: "Oh Señor, abre mis labios y deja que mi boca declare Tu alabanza", la Presencia de Dios entra en él.
Entonces es la Presencia misma quien ordena su voz; es ella quien pronuncia las palabras a través de él.
Quien sabe en la fe que todo esto sucede dentro de él, quedará abrumado por el temblor y el asombro.