¿Cómo alcanzar el conocimiento del Ein-Sof (el "Infinito")? Si Dios es la perfección última, pero el conocimiento de Su verdadera naturaleza no es accesible ni posible, ¿cómo se delimitan los atributos de la Divinidad? De hecho, algunos cabalistas han sostenido que porque La esencia de Dios existe a tal distancia de la percepción humana que uno ni siquiera puede atribuirle la atribución de volición.
Sin embargo, los cabalistas coinciden en que el universo fue creado por la Voluntad Divina, esté o no ese atributo conectado con el Ein-Sof. combinación se llama "Voluntad Infinita" (Haratzon Ad Ein-Sof). Algunos cabalistas sostienen que el Dios oculto obra a través de la Voluntad Primordial. Esta es la emanación más elevada (Sefirah) que fluye de Él o está oculta dentro de Su poder. La antigua pregunta que se plantea es: ¿Fue esta Voluntad Primordial coeterna con Dios/Ein-Sof, o se originó sólo en el momento de su emanación? La mayoría de las declaraciones del Zohar apoyan la primera opinión. Generalmente se acepta que este eterno "gemelo" de Dios y la Voluntad produjo la primera emanación (Sefirah).
Los primeros kabbalistas, que vincularon el atributo de la Voluntad con el Ein-Sof, afirman que fue con la Voluntad de Dios que el mundo surgió. Así, la comunión con la Voluntad Suprema o Primordial era el objetivo último de la oración, ya que este atributo era la "fuente de toda vida", incluida la primera emanación. Este concepto de la Voluntad como Poder Divino supremo tiene prioridad sobre el pensamiento Divino y el intelecto puro.
Sin embargo, como ocurre con todo lo cabalístico (y judío), el argumento a favor del papel preeminente del intelecto en el proceso de la Creación llegaría a su fin. Así, removiendo el brebaje, los cabalistas aducen el concepto de Pensamiento. Algunos ven el Pensamiento como un reemplazo de la Voluntad en el primer acto de emanación. Esta sustitución cambia efectivamente la percepción del proceso creativo de un acto de volición a un acto de intelecto. Esto provocó una gran controversia, que se resolvió colocando el atributo del Pensamiento un nivel por debajo del de la Voluntad, identificándolo así como la Sabiduría Divina (Jojmá) que contemplaba todo el plan de la creación y la estructura del universo. Will se detuvo en un peldaño más alto. Pensamiento activado por la voluntad; Los dos conceptos no se podían revertir.
El aspecto más elevado de este Pensamiento/Sabiduría se percibe como el Intelecto Divino (Sechel). Con el tiempo, la idea de Inteligencia Divina reemplazó el concepto de Voluntad. Curiosamente, esta teoría de la Creación fue posteriormente adoptada y propuesta como el intelligere divino por Meister Eckhart, el fundador del misticismo alemán en el siglo XIII.