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Recursos - Entendiendo las Sefirot

Comprender las Sefirot implica una comprensión de los sistemas simbólicos que se basan en imágenes matemáticas y orgánicas. En el sistema matemático la primera Sefirá se equipara con la nada (cero); la segunda Sefirá, aunque no tiene tamaño ni medida, contiene la posibilidad de expansión. Esta segunda Sefirá se transforma en un círculo que se convierte en un río del que fluyen diferentes "corrientes de emanación" hacia el "gran mar" de la última Sefirá. El comienzo de este proceso de Creación es visto como un acto de Voluntad Divina.
El simbolismo orgánico equipara a Binah ("inteligencia") con las raíces de un árbol que es regado por Chokhmah ("sabiduría") y se ramifica en siete Sefirot. Otra imagen orgánica compara el punto primordial con la semilla sembrada en el útero de "la madre suprema", que es Binah. La fertilización resultante y el nacimiento de niños son las "emanaciones". La manifestación de Dios es un estudio fascinante, aunque complejo. La primera Sefirá contiene sólo a Él, aunque está oculto y no se menciona. Así, la primera frase de la Torá: "En el principio creó Dios..." se interpreta místicamente para referirse a las tres primeras Sefirot. A través de Chokhmah ("sabiduría"), la primera Sefirah produce mediante un acto de emanación la tercera Sefirah, que es Binah ("inteligencia"). Binah también es llamado Elohim ("Dios"). Así, "Dios" no es el sujeto sino el objeto de la oración. Y, sin embargo, con Su manifestación, Dios se convierte en sujeto o "Tú", a quien el hombre puede dirigirse directamente. Este "Tú" se convierte en la totalidad de las Sefirot en la última Sefirá, Malkhut ("reino"). Este proceso de emanación se puede resumir sucintamente: "La nada se transforma en yo" (en hebreo, Ayin Le-Ani). Las tres letras hebreas que componen el término Ayin ("nada") también están contenidas en Ani ("yo"), pero combinadas de una manera diferente.
La totalidad de la emanación está representada por el "Carro Celestial". Abraham (que representa el amor - Chesed), Isaac (que simboliza la justicia estricta - Din), Jacob (el atributo de la misericordia - Rachamin) y David (fundador de la realeza - Malkhut) constituyen las "cuatro patas del Trono" en el Carro. Agregando a Moisés y Aarón como fuentes de profecía, representados por los atributos de resistencia duradera (Netzaj) y majestad (Hod), y finalmente, José el justo (Tzadik), se alcanza el número de siete Sefirot. Este simbolismo transmite el contenido moral de las emanaciones como atributos éticos específicos. Así, cada patriarca, destacado por una cualidad moral particular, encarna el gobierno de un atributo divino en el mundo. Del simbolismo ético al cosmológico. Los cuatro elementos, los cuatro vientos, los cuatro metales están representados por Gedullah ("grandeza"), Gevurah ("poder"), Tiferet ("belleza"),y Malkhut ("reino"). La luna, un rico símbolo en la vida judía, es vista como una manifestación de la última Sefirá.