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Recursos - La Torá como nombre místico de Dios

Un midrash sobre el libro de los Salmos dice: "Si los capítulos de la Torá se hubieran dado en su orden correcto, cualquiera que los leyera habría podido resucitar a los muertos y obrar milagros; por lo tanto, el verdadero orden de la Torá ha estado oculto y es conocido sólo por Dios."

Los usos mágicos de la Torá se analizan en el libro Shimmushei Torá ("Usos de la Torá"). Según los autores, Moisés recibió no sólo el texto aceptado de la Torá en el Sinaí, sino también otra lectura compuesta de Santos Nombres que poseen un significado mágico. Leer la Torá según los "Nombres" es un ejercicio completamente esotérico. La Torá leída de esta manera se centra en la concentración del poder divino manifestado en las diversas combinaciones de las letras de los Santos Nombres de Dios. De esta premisa se derivó la creencia mágica de que la Torá no consistía en nada más que el Gran Nombre de Dios mismo. Este Gran Nombre fue una expresión del ser de Dios, que se manifestó a través del acto de la creación.

Esta teoría supone una Torá anterior a la existencia humana. Así, Dios, en el proceso de la creación, utilizó la Torá como Su instrumento de génesis. Esta es otra manera de describir el proceso por el cual las Sefirot y los aspectos individuales de los Nombres Divinos fueron emanados del Ein-Sof. En esta imagen la Torá representa la vida interior de Dios y se la conoce como "la Torá primordial" (Torá Kedumah), que a veces se identifica con la emanación de la "Sabiduría". Una vez revelada, la Torá se manifiesta en la Torá escrita y la Torá oral. El origen de estas dos Torá, reconocidas en todo el pensamiento rabínico como un don dual en el Sinaí, es visto por los místicos a través de las emanaciones de Tiferet ("Belleza") y Malkhut ("Reino").

El cabalista del siglo XIII, Joseph Gikatilla, describió la relación entre la Torá y las letras del nombre de Dios: "Toda la Torá es como una explicación y un comentario sobre el Inefable Nombre de Dios". ¿Cómo se explica este Nombre Inefable? La Torá está formada por los muchos nombres de Dios, de los cuales emerge el único Nombre Inefable. Este Nombre de cuatro letras o Tetragrámaton puede compararse con el cuerpo místico de la Divinidad. De hecho, Dios mismo es el alma de estas cartas inefables.

Esta perspectiva sugiere que la Torá es un organismo vivo y que todas sus narrativas y capítulos están unidos en un único patrón orgánico.