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Recursos - La doctrina de la Creación, el Tzimzum

Antes de los escritos del erudito y místico del siglo XVI Isaac Luria, todos los cabalistas afirmaban que el Ein-Sof (el "Infinito") se manifestaba a través de los procesos de emanación y creación. Isaac Luria sugirió lo contrario: existía un enorme abismo entre Ein-Sof y el mundo de la emanación. Luria explicó esta "nueva" Cabalá basándose en tres características: contracción, rotura de los vasos y reintegración.

Luria postuló que el primer acto de Ein-Sof no fue de revelación y emanación, sino de ocultamiento y limitación, es decir, tzimzum. ¿A qué se debe este cambio de mentalidad? Luria aduce que la esencia de Ein-Sof no deja espacio para la creación porque es imposible imaginar un área que no sea ya Dios, ya que esto limitaría Su Infinitud. ¡La creación, por lo tanto, sólo puede ocurrir cuando Dios entra en Sí mismo! Es decir, el Todopoderoso se contrae para hacer posible que exista algo distinto al Ein-Sof. Este retiro hacia la Divinidad permite que evolucionen los procesos creativos. Por tanto, no es la concentración del poder de Dios en un lugar lo que produce la creación, sino su retirada de un lugar.

Cuando surgió el "deseo" de crear, el Infinito reunió las fuerzas del juicio (Din) en un solo lugar. Allí esta característica se mezcló con los restos de la luz del Infinito (llamado reshimu). En esta mezcla el Infinito coloca una yod, la primera letra del Tetragrámaton (el nombre de "cuatro letras" de Dios), que contiene el poder de formación y organización. Así, la Creación consiste en un doble esfuerzo por parte de las fuerzas de contracción y las emanaciones del Infinito.

A partir del siglo XVII los cabalistas estuvieron divididos sobre la doctrina del tzimzum ("contracción"). ¿Debía tomarse literal o simbólicamente como un acontecimiento en la inteligencia de lo Divino? La visión literal fue apoyada por aquellos cabalistas que tenían poco uso de la filosofía aristotélica (particularmente los shabateos); La perspectiva no literal fue aceptada por los cabalistas que ciertamente estaban influenciados por el pensamiento filosófico clásico.